La suspensión del TPS en Estados Unidos ha generado preocupación y incertidumbre entre las más de 800.000 personas que entraron al país con este beneficio migratorio, el cual les otorgaba un permiso temporal de dos años para vivir y trabajar en el país. La medida del gobierno de congelar de manera indefinida las solicitudes migratorias de los beneficiarios de programas como CHNV, Unidos por Ucrania y el proceso de reunificación familiar para cubanos, ecuatorianos y colombianos, ha dejado en un limbo legal a quienes están actualmente en el país esperando a que sus procesos migratorios sean resueltos.
Esta decisión llega después de que el presidente Trump pusiera fin al "parole" para cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos, y de que el gobierno de Biden instaurara estos programas como una forma de ofrecer una entrada legal a EE.UU. para posteriormente poder acogerse a otros beneficios migratorios como el TPS o el asilo. Sin embargo, la nueva medida ha sido justificada por el gobierno alegando preocupaciones sobre posibles fraudes o amenazas a la seguridad nacional en el sistema actual para adjudicar beneficios migratorios.
La suspensión del TPS y otros programas de beneficios migratorios ha generado críticas y llamados a la reevaluación de la decisión, con organizaciones y activistas pidiendo al gobierno de Estados Unidos que encuentre soluciones que protejan los derechos y la seguridad de las personas afectadas por esta medida. Se espera que en los próximos meses se aclare la situación y se tomen medidas para resolver esta crisis migratoria que afecta a cientos de miles de personas en el país.
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